3 ALIMENTACIÓN
En
realidad, no se conoce demasiado a fondo los detalles de la alimentación
de este grupo, sobre todo en las costas Gallegas. Si existen, sin embargo,
algunos estudios sobre el tema, relativamente recientes, como por ejemplo:
Urgorri y Besteiro (1984), donde estudian algunos de los nudibranquios presentes
en nuestras costas. Se sabe que existe una estrecha relación entre
los nudibranquios y las especies de las que se alimentan, por lo que, podríamos
decir que para encontrar un determinado nudibranquio, deberemos saber de
que se alimenta, y buscarlo allí. Los resultados que se obtuvieron
tras el análisis por diferentes métodos, nos informan de que
estos animales se alimentan de individuos pertenecientes, principalmente,
a tres clases: Cnidarios, Esponjas (Poríferos) y Bridrozoos.
Por
ejemplo, Trapania tartanella se cree que se alimenta de unos diminutos animalillos denominados entroproctos. Otra especie, Polycera quadrilineata, se
alimenta de briozoos de los géneros Membranipora, Electra,...
De la otra clase de organismos se aprovecha, por ejemplo Doris pseudoargus,
que se sirve de esponjas como Halichondria panicea e Hymeniacidon
sanguínea para su alimentación.
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Trapania Tartanella (Von Ihering, 1886) |
Polycera quadrilineata (O.F.Müller, 1776) |
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Doris pseudoargus (Rapp, 1827) |
4 REPRODUCCIÓN
La
mayoría de los nudibranquios son hermafroditas, es decir, actúan
a la vez como machos y como hembras. Mediante copulación, colocándose
"pegados" y en sentidos opuestos, se produce un intercambio de esperma
que tiene como resultado una fecundación recíproca. Esto suele
ocurrir durante los meses de primavera y verano.
Pareja de Hypselodoris cantabrica copulando
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5 MECANISMOS DE DEFENSA
Quizá
sea en este apartado donde aparecen los aspectos más curiosos de estos
animales. Algunos nudibranquios utilizan, cuando "huelen" el peligro,
la estrategia de salir por piernas, o, en este caso, por pie, ya que, como
el de la mayoría de los gasterópodos, presentan un pie bien
desarrollado. La locomoción en sí es de tipo mucoso-deslizante
impulsado por ondas de contracción de la musculatura, pero nada demasiado
veloz.
Además,
muchos poseen glándulas cutáneas que producen ácido
sulfúrico u otras sustancias nocivas no ácidas que repelen
a los posibles predadores, en especial a los peces. Otros, tienen espículas
embebidas en el manto, lo que los convierte en un bocado nada apetecible.
Algunos grupos de nudibranquios, como los Aeolidaceos, presentan
la capacidad de utilizar los nematocistos (células urticantes de
medusas, anémonas, actinias,...) de las presas que ingieren para
su propia protección. Una vez ingerida la presa, impiden que los
nematocistos se descarguen y, vía digestiva, los pasan a una especie
de tentáculos, en la punta de los cuales los colocan, listos para
ser descargados al menor contacto con un depredador. La efectividad de la
respuesta defensiva irá en función de la presa ingerida. Cuanto
más potente sean los nematocistos de la presa, más lo serán
los del nudibranquio que la ingiere. Este proceso recibe el nombre de Cleptocnidia.
Por
último, señalar que posiblemente el llamativo color de algunas
especies represente una señal de peligro (cosa que aprovechan otras
no peligrosas que las imitan), aunque en otros casos, se trata de una coloración
críptica.
6 ALGUNAS DE LAS ESPECIES PRESENTES EN NUESTRAS COSTAS
Además
de Trapania tartanella, Polycera quadrilineata y Doris pseudoargus, representantes
de las familias Goniodorididae, Polyceridae y Dorididae respectivamente, existen en nuestras
costas muchas más especies de nudibranquios , de las cuales quizás
los más abundantes sean los de la familia Dotoidae, los "Dotos"
(Doto coronata, D. fragilis, D. pinnatifida, D. floridicola,...). Pero, entre el gran
número de especies que habitan nuestras costas, fotografiados e identificados en el Centro de buceo tenemos 98 especies diferentes (aunque parezca increible),
posiblemente los más conocidos sean los Chromodoridos (familia Chromodorididae),
con especies como Chromodoris purpurea, C. Krohni, Hypselodoris elegans,
H. tricolor, H. messinensis, H. cantabrica, o H. villafranca, alguna de
las cuales y otras aparecen bajo estas líneas.
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Chromodoris purpurea (Risso in Guérin, 1831) |
Hypselodoris cantabrica Bouchet & Ortea, 1980 |
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Doto floridicola Simroth, 1888 |
Janolus crstatus (delle Chiaje, 1841) |
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Spurilla sargasicola Berg, 1861 |
Facelina auriculata (O.F.Müller, 1776) |
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Babakina anadoni (Ortea, 1979) |
Flabellina ischitana Hirano & Tompson, 1990 |
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Eubranchus tricolor Forbes, 1838 |
Preciosos
¿verdad?. A veces caemos en el error de pensar que este tipo de animales
solo podremos encontrarlos en lugares exóticos, con un clima más
cálido, una visibilidad de la leche,... y no en las frías y
turbias de nuestras costas Gallegas. Nada más lejos de la realidad,
para suerte de todos los que podemos disfrutarlo (cuando el tiempo nos deja),
tenemos en nuestras rías una gran variedad y cantidad de organismos,
muchos de los cuales, como los protagonistas de hoy, suelen pasar desapercibidos
a pesar de sus llamativos colores (no suelen pasar de unos milímetros).
Ahora, toca aguzar la vista y escudriñar el fondo, con la esperanza
de poder contemplar estas pequeñas maravillas. Ya, ya se que no se
puede atender a todo, que son tantas las cosas que se ven allá abajo,...
pero eso es lo que hace que cada inmersión valga la pena.
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